El primer paso para crear un jardín es analizar las características del terreno donde se va a construir y preparar un plano del jardín. De esta forma podremos ver cómo sacar el mejor partido al espacio.

Antes de iniciar la construcción del jardín tendremos que realizar movimientos de tierra y nivelaciones del terreno. Para esto habrá que valorar qué preferimos:

 

Parcela elevada. Si la parcela está sobre el nivel del resto de la urbanización o parcelas colindantes disfrutará de más vistas y quedará protegida de humedades y acumulaciones de agua, aunque estará más expuesta al aire y al sol.

 

Parcela hundida. Un jardín bajo nivel tiene sus ventajas, queda más refugiado del viento y limita la visibilidad de edificios o estructuras poco estéticas en caso de que el entorno que rodea al jardín sea poco atractivo. 

En este caso el jardín recibirá menos sol, será menos luminoso y por lo tanto, más fresco, lo que puede ser bueno en zonas secas y cálidas, pero poco agradable en zonas frías con muchos días nublados.

En todo caso, si la parcela está a un nivel inferior respecto a las parcelas colindantes se encontrará más desprotegida frente a lluvias y humedades. Es importante tener esto en cuenta para construir sistemas de drenaje de agua en caso necesario.

foto de jardín en parcela hundida

Parcela en pendiente. Aunque puede resultar algo incómoda, además de sufrir escorrentía y dificultar el cultivo de algunas plantas, en las parcelas en pendiente se pueden diseñar jardines muy originales incluyendo elementos interesantes como terrazas, escalones, rampas, muretes, escaleras…, que bien seleccionados y decorados con vegetación, añaden gran interés al espacio ajardinado.

Jardin en pendiente

 

Parcela con desniveles. Una parcela cuyo terreno se encuentra desnivelado puede presentar mayor atractivo, dar aspecto de mayor amplitud y facilitar la creación de zonas distintas en el jardín. Los desniveles orientados al sur reciben el máximo de rayos solares y pueden utilizarse para jardines mediterráneos, jardines pedregosos o jardines con cascadas de agua. Los desniveles orientados al norte pueden dar la oportunidad de instalar un jardín boscoso o incluso un jardín alpino, al carecer del calor seco de la orientación sur.
 

Como desventaja, una parcela con marcados desniveles presentará mayores dificultades en su diseño, posiblemente un coste más elevado al precisar la construcción de más caminos, escaleras, muros de contención…, etc, y el uso cotidiano del jardín puede ser más incómodo.

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