Las plantas del huerto se convierten en un foco de plagas y enfermedades una vez finaliza su ciclo productivo por lo que debemos arrancarlas rápidamente y utilizarlas para convertirlas en un excelente abono orgánico para la próxima cosecha.

Huerto particular en Canada, Junio

Si encontramos restos de cosecha afectados por alguna enfermedad o plaga, es aconsejable quemarlos, pero los demás restos de cosecha arrancados se pueden reciclar de dos formas:

 

  • Echar los restos de cosecha al compostero: Siguiendo los pasos habituales para hacer compost, iremos añadiendo los restos de hortalizas al montón de compost, mezclándolos adecuadamente con otros restos vegetales que faciliten una correcta descomposición aeróbica.
  • Incorporar los restos de cosecha a la tierra del huerto: Tras arrancar las plantas del huerto al acabar la cosecha, las dejaremos sobre la superficie de la tierra una o dos semanas para que se sequen. Después las enterraremos ligeramente para que los organismos del suelo inicien su descomposición transformando estos restos en abono.

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