Durante millones de años las plantas de nuestro planeta fueron evolucionando para adaptarse a los distintos climas e ir poblando casi todas las regiones del globo, incluso aquellas sometidas a las condiciones climáticas más adversas.
En el follaje de las plantas vemos una parte importante de esa evolución. Observando las hojas de las plantas podemos saber si necesitan más o menos luz y agua, si resisten el aire o la salinidad, si pueden soportar el sol fuerte o la sequía intensa en climas cálidos y áridos…
Anturio, planta de hojas grandes de color verde oscuro
Las plantas de hojas grandes y tonalidades verde oscuro están preparadas para captar mejor la luz. Se trata de una adaptación que desarrollaron las plantas que crecen bajo la sombra de otras plantas, en algunos casos, en espacios donde llega muy poca luz debido a la gran densidad de vegetación. Por eso, las plantas de hojas grandes y de color verde oscuro son adecuadas para zonas oscuras y sombreadas del jardín y también para cultivar dentro de casa. Necesitan bastante agua y son sensibles al sol directo.
Punica granatum o granado, un frutal de hojas pequeñas y estrechas, resistente al calor y la sequía
Si queremos plantas resistentes al calor, al sol y a la sequía, buscaremos plantas con hojas pequeñas, estrechas y plateadas, capaces de reducir la transpiración. Por ejemplo, el olivo, la jara o la lavanda.
Kalanchoe, una planta suculenta de hojas carnosas que resiste bien la sequía
Si además las hojas son carnosas o suculentas, la planta está preparada para almacenar agua y podrá soportar grandes períodos de sequía aunque en este caso tendremos que tener mucho cuidado en no pasarnos con el riego ya que todas las plantas suculentas y los cactus son extremadamente sensibles a los excesos de humedad.