Los grandes árboles llenan en poco tiempo los espacios para tener el jardín acabado desde el primer momento. Sin embargo, son árboles caros y por muy bien preparados que estén y a pesar de sus grandes cepellones, corren un gran riesgo de no sobrevivir al trasplante.
Por otra parte, los árboles grandes necesitan grandes hoyos de plantación y por tanto, exigen intensos trabajos de excavación y preparación del terreno, así como amplios períodos de apuntalamiento que sujete el árbol protegiéndole de daños debidos a vientos o tormentas fuertes.
Con los árboles demasiado jóvenes no tendremos muchos de estos problemas, son los más económicos, se adaptan bastante bien al nuevo terreno y no necesitaremos excavar grandes hoyos para trasplantar el árbol. Pero tampoco los árboles muy pequeños son recomendables ya que necesitarán tiempo para crecer y rellenar los espacios del jardín, incluso varias décadas en el caso de árboles de crecimiento lento como la encina, el olivo, el haya, el alcornoque… Su gran fragilidad hace necesario proteger a los árboles jóvenes del viento pero también instalar mallas en la base de los troncos para evitar que los animales puedan morderlo y acabar con el pequeño arbolito.
Entonces, ¿qué medida debe tener un árbol para adaptarse mejor en un nuevo jardín?. Los árboles jóvenes de altura no superior a 3-4 metros con un diámetro de tronco de 10-15cm son los árboles más adecuados para un jardín nuevo. Estos árboles ya están lo suficientemente desarrollados y fuertes como para resistir bien el trasplante y las inclemencias meteorológicas del jardín. Además sólo necesitarán entre 3-5 años para dar sombra y cubrir los espacios destinados a ellos y desde el primer momento ofrecerán una vista agradable del jardín.
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