Si al poner un césped cometemos el error de echar menos semillas de las necesarias obtendremos un césped poco uniforme incapaz de competir con las malas hierbas que le acabarán ganando el terreno.
Normalmente en el envase de la mezcla para césped se indica la cantidad de semillas necesaria por metro cuadrado. Esta cantidad puede variar un poco según la exposición y estructura del suelo.
En suelos fértiles, sueltos y soleados de clima templado se necesitan menos semillas.
En zonas sombrías hace falta echar una mayor cantidad de semillas. Si el terreno es arcilloso también serán necesarias más semillas que si el suelo es arenoso.
Otro aspecto a tener en cuenta es el tipo de gramíneas que incluye la mezcla. Echaremos más semillas cuando se trate de gramíneas de hojas pequeñas.
La distribución de las semillas debe hacerse de manera uniforme esparciéndolas a mano por las hileras que previamente habremos marcado con cuerdas. Para evitar que quede algún espacio sin semilla sembraremos la mitad de las semillas en sentido longitudinal y la otra mitad en sentido perpendicular.
Si vamos a sembrar con césped un área grande podemos utilizar maquinaria manual o tirada por un tractor para realizar la siembra.
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