Si la aspidistra tiene algo que la hace destacar sobre las demás plantas, eso es sin duda alguna el intenso color verde de sus hojas. Popularmente ésta es su apariencia más conocida, pero lo cierto es que se pueden encontrar plantas de esta especie con hojas moteadas en tonos más claritos o incluso amarillentos. En cualquier caso, debido a la intensidad de sus colores tiende a tener un aspecto mate, por lo que se recomienda echarle brillo para poder disfrutar realmente de toda su belleza.

Otra gran ventaja que podemos encontrarnos con esta planta es que nos permite usar sus hojas como verdes decorativos para acompañar flores en un jarrón; y es que la aspidistra puede ser podada sin problemas, y seguir creciendo. Asimismo, la hoja cortada se mantiene verde durante mucho tiempo.

La aspidistra es en principio una planta de interior, pero la realidad es que es capaz de resistir en patios protegidos de heladas y del viento; es, después de todo, la típica planta “de patio de abuela”, de aquellas casas ya viejas, porque es elegante pero sobre todo muy fuerte y fácil de cuidar. Un clásico de toda vida, siempre utilizado, que estuvo por ello desprestigiada un tiempo, cuando se buscaba lo novedoso y exótico, pero que ahora ha vuelto con renovadas fuerzas, triunfando con su elegancia y durabilidad.

Lo mejor de todo es que la aspidistra no requiere mucha atención, por lo que es perfecta para iniciarse en el cuidado de las plantas; no suele coger enfermedades, necesita poco riego y no exige cuidados especiales. Además, crece bastante rápido y es muy frondosa, resultando muy agradable a la vista.

Fuente: http://www.tensiempreflores.es/blog/2013/09/03/consejos-y-cuidados-de-la-aspidistra/

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