Para regar las plantas de interior, lo más habitual es echar el agua por encima de la tierra humedeciéndola poco a poco para que el agua vaya impregnando todo el cepellón de manera homogénea.
Este sistema de riego es bueno para la mayoría de las plantas de interior. Sin embargo, hay plantas que requieren formas de riego diferentes:
Riego por inmersión. Es ideal para plantas que necesitan mucha agua. Para regar este tipo de plantas sumergiremos el cepellón en un cubo con agua hasta ver que dejan de salir burbujas. Mediante un riego por inmersión podremos socorrer a una planta marchita por falta de riego.
Begonia, una planta que necesita mucha agua
Riego por abajo. Es la mejor forma de regar las plantas sensibles al exceso de riego, como es el caso de orquídeas, poinsetias… Necesitaremos tener la planta en una maceta con agujeros de drenaje. Echaremos el agua en un plato y colocaremos encima la maceta durante 10-20 minutos para que la planta absorba el agua. Deberemos comprobar que el cepellón está húmedo antes de retirar el plato con agua.
Orquídeas, plantas sensibles al exceso de riego
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