Los setos y vallas alrededor del huerto lo protegen de vientos fuertes y lo resguardan del frío y las heladas, así como del sol excesivo durante el verano.
A su vez, los setos, vallas o alambradas impiden la entrada de animales que pueden dañar la cosecha; perros, gatos, conejos…, e incluso evitan intrusos humanos amantes de lo ajeno.
Seto espinoso de agracejo o Berberis
Los setos vegetales también ayudan a frenar la contaminación de una carretera próxima o de los pesticidas y fertilizantes químicos usados por algún vecino.
Para proteger el huerto de caracoles y babosas lo mejor es rodear los cultivos con serrín o ceniza.
Si lo que queremos es evitar que los pájaros picoteen los frutos, lo mejor es colocar una malla sobre las plantas y frutales habitualmente atacados por ellos.