La paciencia y el amor por la naturaleza son las principales virtudes del jardinero biológico, dos virtudes que le permiten vivir el jardín de una forma mucho más espiritual.

En un jardín biológico es importante observar y pensar antes que actuar enseguida alarmado al ver un pulgón o un gusano.

foto de larva de mariquita

Este insecto de aspecto poco agradable es una larva de mariquita, un gran aliado contra pulgones 

Contamos con distintas técnicas de jardinería ecológica, pero lo primero es observar y analizar. Esa observación y tranquilidad nos permitirá aprender, relajarnos y disfrutar de la magia de un jardín vivo.

Y es que un jardinero orgánico entiende el jardín como un espacio natural sembrado de vida, un ecosistema dónde no existen plagas ya que todos los seres vivos que lo forman mantienen el equilibrio.

foto de mariquita sobre una flor

Mariquita adulta – Foto de www.imageneswiki.com

Pulverizando las plantas con pesticidas e insecticidas químicos estaremos rompiendo el equilibrio ecológico matando a millones de microorganismos e insectos. No sólo tendremos un jardín aburrido y sin vida, sino un jardín mucho más vulnerable a las plagas, un jardín que nos obligará a entrar en una guerra química contra todo bicho que se mueva. ¿Merece la pena tener un jardín para eso?.

Practicar jardinería orgánica es una oportunidad de reconciliarnos con la naturaleza y de vivir de forma pacífica y respetuosa, rodeados de un entorno saludable que nos ayudará a sentirnos más felices.

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