Los terrenos arcillosos son suelos compactos y pesados que resultan difíciles de trabajar. Cuando la tierra está seca forma terrones tan duros y compactos que parecen piedras. Cuando llueve, la tierra arcillosa retiene el agua provocando encharcamientos tanto en la capa externa o visible del suelo como en capas inferiores o subterráneas.
Las plantas necesitan un sistema de raíces fuerte para hacerse hueco en un terreno arcilloso pero además deben soportar los encharcamientos.
Por otra parte, los suelos arcillosos suelen ser habitualmente alcalinos, es decir, cuentan con un grado de acidez o pH superior a 7. El grado de acidez o pH del suelo afecta a la disponibilidad de nutrientes para las plantas. En los suelos arcillosos alcalinos las plantas pueden tener dificultades para absorber algunos nutrientes importantes como el hierro, lo que las ocasionaría problemas como la clorosis férrica.
A pesar de las dificultades que presentan los suelos arcillosos, hay plantas que se adaptan bien a este tipo de suelos.
Árboles para terreno arcilloso: Acer platanoides, Catalpa bignonioides, Corylus avellana, Pinus pinea, Robinia pseudoacacia, Quercus cerris, Sophora japonica, Tamarix, Ulmus…
Catalpa bignonioides en flor
Arbustos para terreno arcilloso: Cornus, Cotoneaster, Deutzia, Euonymus, Hypericum calycinum, Ilex aquifolium, Laburnum, Ligustrum, Mahonia aquifolium, Prunus laurocerasus, Rhus cotinus, Rosa, Sambucus, Viburnum lantana…
Rosa
Si quieres saber la resistencia de otras plantas al suelo arcilloso, consulta nuestra Guía de Plantas.
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